sábado, 15 de febrero de 2014

La otra sequia - Jorge Casteñeda.

Solía decir Carlos Di Fulvio “que al ver tanta pobreza el corazón le dolía”. Seguramente no se refería a la Región  Sur de Río Negro, pero nuestro cantor local Rubén Tatano Lucero en uno de sus temas a la meseta de Somuncurá escribió que hay “unos ranchitos, hilachas del monte al viento y al sol. Si vieras Diosito la inmensa pobreza de aquellos paisanos que son del lugar”.
¿Cómo –me pregunto- el cronista, el poeta, el periodista,  debe hacer para transmitir el infortunio del poblador rural de Río Negro? ¿De dónde sacar las palabras para reflejar la situación por la que atraviesan los hombres de campo? ¿Cómo se puede hacer para conmover el corazón de los políticos y de los técnicos?
Los productores de la zona están cansados. Han comenzado a bajar los brazos. De majadas de tres mil ovejas hoy con mucha suerte quedan doscientas. Unas pocas chivas, algunos yeguarizos y donde se puede vacas. Pero no hay agua: las aguadas están secas, en las lagunas los torbellinos de tierra levantan nubes de polvo. Da lástima tanto penar. Las osamentas de los animales van jalonando los campos con una impotencia que parece a nadie le importa.
Van para diez años de sequía y hace cuatro meses que no cae una sola gota de agua. Las plagas se enseñorean diezmando aún más los pocos animales que quedan. Y los camiones aguateros desfilan por los polvorientos caminos para tratar de salvar algo. Ese algo que es la subsistencia de una familia, la escuela de los chicos, las expectativas de una vida mejor.
¿Cómo explicarle a ese poblador que no se debe abandonar los campos? ¿Cómo decirle que hay que esperar tiempos mejores? ¿Cómo hacerle entender que se seguirán haciendo estudios para buscar agua?  ¿Quién atiende sus reclamos? ¿Cómo decirles que para hacer un viaje al pueblo en combustible tienen que gastar el trabajo de dos meses? ¿Quién les explica de cepos cambiarios, del precio del dólar blue o  de devaluaciones a quién tiene los bolsillos vacíos?
A veces pareciera que la sequía que más duele es la otra. Esa que se enquista en los despachos de los  ministerios y de las secretarías. La que ha secado los sentimientos del corazón de los hombres y mujeres, la que rige con la indiferencia, la postergación y el olvido. La que campea en los expedientes y en el rigor impositivo de los recaudadores. La que hace política barata con los subsidios, la que se instala cada cuatro años en las boletas electorales, la que viaja con las comitivas y exalta las promesas desmerecidas de siempre, la que vive en forma permanente llenando planillas y haciendo medulosos estudios que siempre terminan en nada.
La esperanza del poblador rural está tan deteriorada como los caminos vecinales, donde una máquina no pasa ni por casualidad.
Nadie puede venir a poner la oreja a los pobladores de la Línea Sur porque de eso ya están cansados. Cambian los nombres y recurrentemente vienen con buenos viáticos y mejor pitanza a escuchar lo que ya saben de memoria. Aparte, señores, de tomar contacto con la realidad, de analizar la problemática, de implementar programas que nunca han dado resultados, ya están todos hartos, pero como al hombre de campo le sobra prudencia escuchan las letanías y no dicen nada. Porque a las palabras en estas regiones perdidas de la mano de Dios se las lleva el viento.
¿Cómo afrontarán las clases los niños de la meseta? ¿Habrá precios cuidados para tanto abandono? ¿Importaran algo o serán un número más del ajuste educativo que cierra cargos y escuelas? ¿Cuándo entenderán, muchachos, que el problema  no es una cuestión numérica o de matrícula sino de atender con cierta equidad y justicia a todos los ciudadanos por igual? ¿Adónde enviar a esos niños, aunque sean pocos? ¿Qué residencias escolares recibirán tanta inequidad, tanto oprobio?
Saber estas cosas y no decirlas a veces es traición a la patria. Es mirar para otro lado y saberlas y no hacer nada es pecado de omisión, el más terrible de todos. Y ¡hay de aquellos que tienen responsabilidades y por no comprometerse asienten y callan!
Pero deberán recodar los rostros de los hombres y mujeres del interior rionegrino porque los interpelaran para siempre, tal vez no les quiten el sueño ni les mermen sus abultados sueldos,
pero tendrán una dignidad difícil de encontrar, que ellos no conocen ni por asomo.
Hablan de compromiso político pero se olvidan que el mayor compromiso es con el prójimo, con la vida, con los valores y con la inocencia de la gente.
No es el tiempo para los tibios y para los timoratos. El toro hay que agarrarlo por las astas. Hoy y ahora es el tiempo. Y con decisiones, porque se sabe: mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar. Así, tan simple. Sin conferencias de prensa, sin bombos ni platillos.
Lo de la sequía es lo de menos. Puede seguir sin llover. Pero lo que es realmente importante es tener funcionarios sensibles y ejecutivos, compatriotas solidarios, periodistas valientes que hablen de estas cosas, un pueblo fraterno y así la historia se podría escribir de otra manera.
Jorge Castañeda Valcheta (Río Negro).

JORGE CASTAÑEDA PREMIO A LA TRAYECTORIA SELAE 2013 DESDE MILAN ITALIA

JORGE CASTAÑEDA PREMIO A LA TRAYECTORIA SELAE 2013 DESDE MILAN ITALIA

Con fecha 14 de Octubre el jurado compuesto por tres miembros del Directorio de la Sociedad de Escritores Latinoamericanos y Europeos (SELAE) con sede en Milán, Italia, ha dado a conocer los nombres de los ganadores del Premio a la Trayectoria 2013 que distingue a personas o instituciones que no hubiesen tenido un meritorio reconocimiento de su trayectoria y obra en su país de origen o fuera de éste.
 La Sociedad de Poetas Latinoamericanos y Europeos (SELAE) se enorgullece del resultado de este llamado ya que se presentaron numerosas postulaciones a las cuales se agradece su participación. y se felicita a los ganadores por ser dignos representantes del arte y de la cultura en sus países y en el mundo.
 En forma unánime el Premio a la Trayectoria SELAE 2013 fue para el poeta y escritor argentino Jorge Castañeda y para el poeta cubano Luis Manuel Pérez Boitel.
 El jurado fue presidido por la Vice Presidente de la institución Marcela Rodríguez Valdivieso. 
 El escritor de Valcheta manifiesta sentirse muy emocionado dado que es un premio a la trayectoria literaria donde se ha tenido en cuenta la obra completa de cada postulante. El recibir este premio compartido con el poeta cubano Luis Manuel Pérez es una alegría. Y más al tener en cuenta que en ediciones anteriores este premio fue entregado a la excelente escritora chilena Martilde Ladrón de Guevara y al escritor guatemalteco Rafael Mérida Cruz Lezcano, dos figuras emblemáticas de la literatura latinoamericana.


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