martes, 23 de diciembre de 2014

Fangal - Tango de Enrique Santos Discépolo.

Fangal 
de 
Enrique Santos Discépolo.

Yo la vi que se venía en falsa escuadra,
se ladeaba, ¡se ladeaba por el borde del fangal!..
¡Pobre mina que nació en un conventillo
con los pisos de ladrillos, el aljibe y el parral!
Alguien tiró la banana que ella pisó sin querer
y justito, cuando vi que se venía ya decúbito dorsal,
¡me la agarré!...

Fui un gil
porque creí que allí inventé el honor,
un gil
que alzó un tomate y lo creyó una flor;
y sigo gil
cuando presumo que salvé el amor,
ya que ella fue
¡quien a trompadas me rompió las penas!...
Ya ven,
volví a la mugre de vivir tirao,
¡caray,
si al menos me engrupiera de que la he salvao!...

(Esto dijo el "cusifai" mientras la "cosa"
retozaba, retozaba ya perdida en el fangal,
y él tomaba una ginebra desastrosa
entre curdas y malandras en la mesa de aquel bar...).
Si alguien tiró la banana, él, que era un gil, la empujó
y justito cuando vio que se venía ya decúbito dorsal,
¡se le prendió!...

Letra: Enrique Santos Discépolo / Homero Expósito y música: Enrique Santos Discépolo / Virgilio Expósito.

Enrique Santos Discépolo confiaba mucho en las personas y se le secaron las pilas de los timbres y con Fangal ese poema decía: “Fui un gil/ porque creí que allí inventé el amor/ un gil/ que alzó un tomate y lo creyó una flor”. Tania, su mujer, dijo que en los últimos años estaba muy cansado y se angustiaba mucho por el asunto de las charlas que daba por radio durante el gobierno de Perón (las de Mordisquito).
Falleció de repente, un 23 de diciembre de 1951 a las diez de la noche, sentado en un sillón mirando por la ventana que daba a Callao.
El 23 de diciembre de 1951 falleció Enrique Santos Discepolo de un síncope al corazón aunque Tania, su compañera, dijera que fue de honda tristeza…
“En la madrugada siguiente, en su velorio, “irrumpen en el salón mortuorio más de veinte mujeres. La figura de todas permite la inmediata filiación: son “bailarinas” de cabaret que se han puesto de acuerdo para rendir homenaje a Discépolo y han obligado a cerrar los locales en los que trabajan” (“Compañeros: perfiles de la Militancia Peronista, Pablo J. Hernández, Ed. Biblos).
Uno de los últimos tangos “Fangal” tampoco fue un gran éxito y fue incomprendido.

Tania vuelve del teatro y cuenta que poco la habían aprobado y el contesta: “No te hagas problemas, ahora no lo entienden, lo que pasa es este tango lo escribí mañana” y algo parecido le pasó a Horacio Ferrer con su “Balada para un loco” con música del innovador Astor Piazzolla que el día del estreno lo mitad aplaudía y la otra silbaba.

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