Amargo precio del poema,
las nueve sílabas del verso;
las nueve sílabas del verso;
una de más o una de menos
lo alzan al aire o lo condenan.
Somos el ajedrez de un río,
el naipe siempre entre dos lumbres;
caen las caras y las cruces
a cada curva del camino.
Cae en el verso la palabra,
en el recuerdo llueve el llanto,
cae la noche, cae el pájaro,
todo es caída amortiguada.
¡Oh libertad de no ser libre,
golpe de dados que desata
golpe de dados que desata
la sigilosa telaraña
de encrucijadas y deslindes!
Como tu boca a la manzana,
como mis manos a tus senos,
irá la mariposa al fuego
para danzar su última danza.
1 comentario:
Cortázar no deja de sorprender por mas que pasen los años. Nadie lo supera en el poema y la prosa.
mariarosa
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