sábado, 23 de septiembre de 2017

Escritores Patagónicos:EL VIDENTE de Silvia Montoto.

EL VIDENTE 
de Silvia Montoto.


Fue en la víspera de mi cumpleaños Nº 7 cuando supe que tenía ese "don". Un don que empezó como un juego y me convirtió en un individuo diferente.

Algunos me tomaron por raro, otros por elegido y los más ,por brujo...
Yo particularmente nunca supe definir ese fenómeno que a veces me divertía y otras me aterraba.
Ese día, cuando llegué de la escuela mi mamá me dijo: - Felipe, tomá rápido tu merienda y después llevale a la abuela Ana los huevos, la manteca y la mermelada porque te va a hacer la torta de cumpleaños. Ah, también las velitas de colores y por favor, no vayas en bicicleta porque los huevos llegarán hechos tortilla.
-¡Ufa mamá! ¿Tengo que ir caminando?...
-Vamos Felipe, son sólo cuatro cuadras.¡Qué le hace a un joven como vos ese esfuercito!.
Salí bastante malhumorado. Creo que tenía negación por ir a la casa de la abuela.Nunca me había pasado eso, mi abuela Ana era un ángel para mí.
La abuela me vio llegar desde el ventanal y se apresuró a salir al jardín para recibirme.Mientras su cuerpo voluminoso avanzaba por la veredita para abrirme la puerta de la verja, comencé a ver que sobre su gran barriga el delantal desaparecía y se abría un túnel de luz por donde aparecía la nítida imagen de la abuela inmóvil sobre su lecho y mamá llorando a su lado.
Cuando mi abuela me tomó del brazo para recibirme la canasta, la imagen del túnel se desvaneció en mi mente y apareció nuevamente el delantal a cuadritos sobre su cuerpo.
Yo caminaba a su lado temblando de la impresión.
- ¡Saldrá riquísima Felipe! - dijo.
-No la harás - contesté con seguridad.
-¿Qué diecís Felipe? 
- No podrás hacerla - contesté con angustia.
-¡Qué mala onda!...Vení querido ayudame a romper las nueces.
La abuela Ana no me hizo la torta, ni me dio el regalito ni pudo cantarme el cumpleaños feliz...Murió a la madrugada de un ataque cardíaco.
Cuando la vecina llamó a mamá para darle la terrible noticia yo sólo dije. 
- Ya lo sabía. Yo ya lo sabía... Y no paraba de temblar.
Mamá no comprendió mis palabras. Es más, creo que ni me escuchó.
Durante mucho tiempo tuve miedo de mirar a la gente, me atormentaba la idea de que apareciera el túnel d luz.Me volvió a pasar con mi perra Paloma..Esta vez fue divertido pero no menos preocupante.
Yo estaba en la terraza leyendo y Paloma jugaba con un hueso buscando la forma de disfrutarlo mejor.
De pronto,sólo quedaron sus cuatro patas y su cabeza, el resto del cuerpo se convirtió en una inmensa ventana de luz en la que ví claramente a mi perra amamantando a cuatro cachorritos negros.
Salté de alegría pero cuando quise tocarla la visión desapareció. No quedó un sólo rastro de los preciosos cachorritos y Paloma seguía jugando con el hueso.
No lo comenté con nadie por temor a que no me creyeran y se burlaran de mí.
Un tiempio después mamá me llamó a gritos para que viera a Paloma echada sobre el pasto jugando con sus cuatro cachorritos negros.
-¡Qué picarona, se tenía guardado el secreto! - dijo mamá.
-Yo ya lo sabía - dije -Como cuando murió la abuela Ana.
Esta vez mamá festejó mi ocurrencia con un juego de palabras: "El sabelotodo todo lo sabe" - y reimos juntos, pero en el fondo yo estaba ausutado.
Cuando terminé 5º año y me disponía a rendir matemáticas por tercera vez para parar poder egresar, sentí como si tuviera mi cabeza en el cadalso esperando que caiga la guillotina.
En el pizarrón, el profesor escribía un kilométrico ejercicio que se suponía, yo tenía que resolver.El "gorila", así lo llamábamos por su gran tamaño y sus manos peludas, parecía disfrutar la tortura que me tenía preparada.
Cuando terminó de formular el ejercicio cuyas infinitas raíces cuadradas y redondas , me hacían sentir completamente mareado,se paró frente a mí y gruño.
-¡Felipe, es tu última oportunidad, no la desperdiies, no la desperdicieeees!...
Miré la pizarra y ví de antemano mi gran fracaso. Esa chorrera de números, signos y otras cosas que para mí eran chino básico, eran mi muerte anunciada.¡Chau viaje de egresado, al diablo la universidad...pero de pronto, la cabeza peluda del gorila quedó suspendida en el aire y el túnel de luz comenzó a expandirse por su enorme humanidad como una ola gigante y apareció el desarrollo del brutal ejercicio con resultado incluído.
Lo copié con rapidez para que el encanto no se desvaneciera y unos minutos más tarde entregué mi examen con aire de triunfo ante los ojos atónitos del gorila.
También supe que el sr. Fernández, honorable convecino del pueblo,moriría pronto. Lo ví en el túnel de luz que apareció en su espalda cuando se sentó delante de mí en el cine.
Quince días despùén desapareció del barrio y oímos el comentario que lo había matado la policía en un enfrentamiento con el grupo de narco-traficantes que integraba.
Con el tiempo, el don me hizo popular y comenzó el acecho de la gente buscando mis predicciones.
Algunos me agradecían y hasta me hicieron importantes regalos. Otros, me odiaban y prometían vengarse de mis brujerías. No faltaron tampoco los que me rehuían por brujo y así fui quedándome solo.
Ayer, mientras me rasuraba frente al espejo,mi cabeza quedó flotando de pronto en el aire y entre ella y el resto de mi cuerpo apareció el túnel de luz...
Allí , vi a mi abuela Ana desde el más allá. Era la víspera de mi cumpleaños y ella traía en sus manos una bandeja con una inmensa torta donde ardían 90 velitas de colores.
Entonces, sentí un gran alivio...¡ Todavía faltaba mucho!...
¡ Mañana ,cumplo mis 25 años!...

2 comentarios:

Carlos Basabe (Gallo Viejo) dijo...

EXISTE UNA FANTASIA EXQUISITA EN LOS CUENTOS CORTOS DE SILVIA QUE A VECES ME HACEN RECORDAR A LOS MIOS DONDE EL PESO DEL RELATO EMPIEZA A APARECER DOS LINEAS ANTES DE TERMINAR.

mariarosa dijo...


¡¡Muy bueno!!
Un cuento donde el misterio nos va envolviendo en cada párrafo hasta que el final nos sorprende.

mariarosa