domingo, 25 de agosto de 2024

EN LA BENDICIÓN DE UNA BANDERA de Antonio Plaza Llamas.


Ni el regio manto de oriental monarca
ni el pendil de la virgen pudorosa,
ni la falda irritante y vaporosa,
do el pensamiento al corazón embarca;

nada, soldados, la belleza abarca
que atesora la enseña tan preciosa
tremolando en las filas orgullosa;
porque de gloria su camino marca.

Ojalá que al blandir vuestros aceros
bajo sus filos la discordia muera,
la vil discordia que el dolor nos trajo;

y que forméis un batallón de obreros
al colocar la Paz esa bandera
sobre el altar bendito del trabajo.

Antonio Plaza Llamas (Apaseo,​ Guanajuato, 2 de junio de 1833 — Ciudad de México, 26 de agosto de 1882).

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