martes, 14 de febrero de 2012

EL PERMISO ARGENTINO.

El permiso es un consentimiento para hacer o decir algo.
José Larralde y Atahualpa Yupanqui y en milonga lo piden...


"PERMISO" es una milonga de José Larralde de 1968.

Permiso dije al dentrar
Y al permiso me lo han dao.
Rispeto al que me ha invitao
Y agradezco su amistad
Y aura que voy a cantar,
Ya que el turno me ha tocao,
Quiero dejar aclarao
Pa´que no haya resquemores
Mis versos son mis dolores
En seis cuerdas enredaos.
[fragmento]
La milonga Permiso fue grabada por Jorge Cafrune en el año ´64 o ´65.


En "COPLAS DEL PAYADOR PERSEGUIDO" el Gran Atahualpa Yupanqui por 1972, también, pide permiso.

Con su permiso voy adentrar,
aunque no soy convidao,
pero en mi pago un asao,
no es de naide, y es de todos.

Yo voy a cantar a mi modo,
después que haya churrasqueao.
[fragmento]


JOSÉ LARRALDE, HERENCIA PA´ UN HIJO GAUCHO.
José Larralde nació un 22 de octubre de 1937 en Huanguelén, en el sur de la provincia de Bs. As.
Escribe sus primeros versos a los 7 años de edad.
Descendiente de vascos por parte de padre que vino de Navarra por el año ´18, a los catorce años, trabajó con el caudillo conservador de Avellaneda Alberto Barceló; parte luego rumbo al sur de la provincia; en la estancia San Lorenzo, conoce a una cocinera, descendientes de árabes, se casan y en plena pampa nace "el pampa" don José Larralde.
José Larralde ha sido trabajador rural, tractorista, albañil, soldador eléctrico, mecánico, y, también, "guitarrero y escribidor" (como se define).
En épocas del dictador Juan Carlos Onganía, llevaba encima un “Permiso de portación de barba” firmado por un comisario de Lanús: "El ciudadano José Larralde es artista. Puede usar barba y pelo largo" (parece mentira leer estas cosas…).
José Larralde es un renegado para algunos, una suerte de patriarca del folclore argentino para muchos. Un decidor que acarrea realidades. Un cantor orillero como le agrada que lo llamen.
Para José Larralde  Don Atahualpa Yupanqui "es el eslabón entre aquello que no tenía propiedad intelectual, no se escribía, no se grababa, no se cobraba, y lo que tenemos hoy. Si Atahualpa no hubiera existido, yo no estaría cantando o, mejor dicho, cantaría otra cosa. Él y algún otro fueron los que, con los payadores, fueron trayendo los ritmos de otros tiempos y nos abrieron el camino aunque todavía no hayamos hecho un estudio profundo de la música nacional; todavía hay una gran parte de ritmos indígenas por descubrirse. Atahualpa, además de ser un gran poeta, era músico y un gran escarbador de la verdad."


ATAHUALPA YUPANQUI, EL CANTO DE LA PATRIA GRANDE.
Atahualpa Yupanqui nació, en el Campo de la Cruz, en José de la Peña, Partido de Pergamino en el norte de la provincia de Buenos Aires, el 31 de enero de 1908.
Su verdadero nombre era Héctor Roberto Chavero. Entre sus antepasados se encuentran indios, padre criollo y madre vasca. Argentino como el que más para lo que guste mandar: "Me galopaban en la sangre trescientos años de América, desde que don Diego Abad Chavero llegó para abatir quebrachos y algarrobos, a hacer puertas y columnas para iglesias y capillas"
Se lo conoce como Atahualpa Yupanqui. o Don Ata. A los 13 años en colaboraciones de un periódico escolar comenzó a utilizar el nombre del último soberano Inca: Atahualpa. Luego agregó el Yupanqui que llevaría por siempre. "El que vino de lejanas tierras a decir... a contar" ese era el destino de lo que haría este hijo de un empleado de ferrocarril que sería uno de los mayores referentes de la música folclórica argentina.
Falleció en Nimes, Francia, el 23 de mayo de 1992, a los 84 años de edad donde se encontraba cumpliendo un compromiso artístico. Sus restos fueron repatriados y descansan en Cerro Colorado de sus amores "no hay pago como mi pago viva el Cerro Colorado".

1 comentario:

Alicia Abatilli dijo...

Ambos admirados por mí, me recuerdan a mi padre, es imposible que así no sea.
Un abrazo.
Alicia