sábado, 26 de mayo de 2012

CHACARERA DEL FUEGO - ALBERTO ROJO.

CHACARERA DEL FUEGO - ALBERTO ROJO.

Fueguito que vas quemando
sangre quieta de la leña
dame el calor que me falta
para desvelar mi pena.

Estírate amigo viejo
no me pidas más madera
que me queda la guitarra
con seis cuerdas compañeras.

Acompáñame despacio
no hay pa’ que darnos prisa
que en las brasas del infierno
yo también seré ceniza.
Caricias a fuego lento
en to’ el trigo de tu pan
cuando ya no quede nadie
solito te apagarás.


Fueguito que vas bailando
canciones y melodías
desde el horizonte llamas
llegan las traen del día.

Con quebracho o algarrobo
con ciprés o palo santo
entibiando vas la noche
y vas crujiendo en el llanto.

Fueguito que vas quemando
cartas grises de nostalgia
déjame cantar tu canto
y embriagarme de tu magia.

Fragmento de la "Revista Veintitrés"  en el suplento "Asterisco"por Jorge Belaunzarán a Alberto Rojo, 10 de mayo de 2012.

-En esa decisión de privilegiar la física a la música también había una cuestión más concreta: ¿de qué vivía?

-Llevé mucho tiempo en darme cuenta de que lo que yo tenía valía la pena mostrarse. Es una cuestión mía. La Chacarera del fuego Mercedes la canta 20 años después de que la escriba. No la mostraba. La mostré a un par de amigos, les gustaba. A mí mujer Andrea en Bariloche: está linda, ¿no?, le digo. Sí, está linda, me dice ella, que es recontra rigurosa. Después se la muestro a Mercedes y me dice: no lo puedo creer; querido vas a escuchar de mí, me dice. Pero eso fue en el 2002, yo la había hecho en el '84. Es una obsesión de terapia, de estar en el gimnasio y no salir a la cancha. Con (Egberto) Gismonti me pasó lo mismo. Tomé una clase y me dice: pero si yo te conozco a vos. Estábamos en una clase magistral y la gente se cagaba de risa. Pero si tu música me encanta, me dice. Son cosas de sobre exigencia, o de inseguridad, ¿no? O sea que sí, de qué vivo era un planteo, pero pasaba en gran medida por el planteo de inseguridad, de confianza estética. Y también del hecho de que estaba enamorado de la Física, y que sigo enamorado de esa forma de pensar las cosas.

-No había posibilidad de medir en qué tendría más probabilidad de éxito.

-¡Jajaja! Me acuerdo de cosas del (Instituto) Balseiro, que hablaba con estudiantes y a todos les gustaba cómo tocaba la guitarra pero yo sentía que comparado con los tipos que realmente admiraba me faltaba muchísimo. Ahora los conozco y me respetan, y es como raro que a Eduardo Falú le guste lo que hago, que para mí siempre fue una especie de semidiós. El tipo es tan modesto. Igual el sonido de Eduardo no lo consigue nadie. Pero hay que jugarse, hay que mandarse, hay que tener tolerancia a la imperfección.

-Tal vez alguna de esta gente sobre la que siempre se dice ¡qué humildad!, en realidad tiene un horizonte mucho más lejano que el de la media, y por eso les parece que lo que hacen es prácticamente nada. En cambio el horizonte de la media llega apenas a ellos.
Alberto Rojo con sólo seis años comenzó a estudiar piano y luego guitarra. Autodidacta hasta 1980, cuando obtuvo una beca para estudiar en el Camping Musical de  Bariloche, mientras se doctoraba en física en el reconocido Instituto Balseiro. Continuó sus estudios en Michigan (Estados Unidos). 

Guitarrista, compositor, cantante e intérprete, el tucumano Alberto Rojo ha escrito canciones y obras instrumentales en las que confluyen lo folclórico tradicional, la música clásica y el repertorio internacional. Llegó a compartir escenarios con "la Negra" Mercedes Sosa. 

En 1990, se doctoró en Física en el Instituto Balseiro (Bariloche, Argentina). Fue investigador de la Universidad de Chicago. Actualmente es profesor de la Oakland University en Michigan, donde reside y donde continua dedicándose incesantemente a la música. Desde entonces, alterna su vida entre sus pasiones: la Ciencia, la Música y la Pintura.

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