Hoy no ha de ser un día
como todos
aunque parezca igual
que tantos días
pues andaré inaugurando
mis ideas
y saldré celebrando con
la vida...
el canto de las aves
mañaneras
y de la luz, la eterna
maravilla,
la gloria de sentir el
aire puro
y descalzo pisar sobre
la tierra.
hoy no ha de ser un día
como todos
a pesar que los días se
repitan.
primero escribiré sobre
el amor,
después saldré al
jardín a ver mis flores
me llenaré hasta
adentro de perfumes
y evocaré la copla y
los cantores
citaré alguna dulce
melodía
tal vez de una oración
haga rumores
daré las gracias por
haber nacido
y aun estar con la vida
en los albores.
hoy no ha de ser un día
como todos
pues tendrá más poesía
y más amores.
y si fuera mi día sin
mañana,
habré partido antes que
amanezca
a mirar desde extrañas
dimensiones
lo mismo que miré la
vida entera
andaré tras los colores
de otras flores
por un jardín en otras
primaveras
extasiado de luz, pero
tan lejos
que no pueda volver,
quiera o no quiera.
y no ha de ser un día
como todos
pues el cielo, aun de
día, tendrá estrellas.
pero ha de ser igual
que fue hace siglos
y lo será aunque pasen
miles de años
mas yo siempre andaré
como al principio
por el tiempo secreto
de algún canto,
canto que por fin halle
escondido
a pesar de que aún siga
buscando
un algo que me falta en
los sonidos
que presiente mi niño
de hace tanto.
hoy no ha de ser un día
como todos
sé que es así, y no
puedo explicarlo.
Le preguntaron a Don
Marcelo Berbel:
–¿Para quién escribe? y
contestó: “Para todo el mundo, pero en primera instancia para el paisano del
boliche con piso de tierra. Ese seguro que me entiende."
1 comentario:
¿Cómo no vamos a entederlo?
Berbel y su simplicidad, cala profundo.
Gracias, Guillermo.
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