lunes, 12 de mayo de 2014

DESPUÉS - HOMERO MANZI.

DESPUÉS DE HOMERO MANZI.

Despues... La luna en sangre y su emoción
y el anticipo del final en un oscuro nubarron.
Luego... irremediablemente
tus ojos tan ausentes llorando sin dolor.
Y después... la noche enorme en el cristal
y tu fatiga de vivir, y mi deseo de luchar
Luego... tu piel como de nieve
y en una ausencia leve tu palido final.

Todo retorna del recuerdo;
tu pena y tu silencio,
tu angustia y tu misterio.
Todo se abisma en el pasado;
tu nombre repetido...
tu duda y tu cansancio.
Sombra más fuerte que la muerte.
Grito perdido en el olvido.
Paso que vuelve del fracaso.
Canción hecha pedazos que aun es canción.

Despues... vendra el olvido que no vendra
y mentire para reir, y mentire para llorar.
Torpe fantasma del pasado
bailando en el tinglado tal vez para olvidar.
Y después en el silencio de tu voz
se hara un dolor de soledad y gritare para vivir...
como si huyera del recuerdo
en arrepentimiento para poder morir.


TANGAZO DE HOMERO MANZI. MÚSICA DE HUGO GUTIÉRREZ  Y UNA INTERPRETACIÓN, PARA ESCUCHAR, DEL RECORDADO RUBÉN JUAREZ.
RUBÉN JUAREZ.

Grabado por Rubén Juarez en 1973.


Al debatir la Cámara de Diputados, en mayo de 1951, la posibilidad de homenajear al poeta Homero Manzi, recientemente fallecido, el diputado peronista John William Cooke alegó: “Muchas veces esta Cámara rinde respetuoso homenaje a los espíritus menores, soldados que batallan impávidos la campaña de la vida, sin esperar otra recompensa ni otra paga que la justa.
Homero Manzi, el poeta recientemente fallecido, fue uno de esos hombres. Su pasión del pueblo lo volvió sin cesar a su fuente, y en ella enraizó su arte con la cálida verdad que exprimía del mundo palpitante que lo rodeaba”. Homero Nicolás Manzione -tal su verdadero nombre- había nacido el 1º de noviembre de 1907 en la localidad santiagueña de Añatuya. Quinto entre ocho hermanos, hijo de un modesto empresario rural, Manzi se mudó con su madre a Buenos Aires cuando tenía nueve años. Pompeya fue el mundo de su infancia, la que le inspiró el amor por lo barrial. De joven, comenzó a escribir poemas y escenas teatrales y, muy pronto, sus primeros tangos.
Entonces, ya había ingresado al mundo de la política en un comité radical. El golpe de 1930 lo encontró como profesor de literatura de colegios nacionales y defendiendo la causa yrigoyenista. Tras una breve estadía en la cárcel, Manzi volvió al barrio y desató entonces su pasión por el tango. Habitué de cafés y milongas, entabló relaciones con Enrique Santos Discépolo, Leónidas Barletta, Nicolás Olivari, Roberto Arlt, Aníbal Troilo, Lucio Demare, Cátulo Castillo y Sebastián Piana, entre muchos otros, con quienes compartió largas charlas o para quienes escribió numerosas letras. No tardó en convertirse en uno de los poetas, letristas y rimadores más reconocidos del país, inmortalizando tangos como “Sur”, “Malena”, “Che, bandoneón” y “Milonga sentimental”, entre otros.
Compositor de tangos, valses, candombes y milongas, no fue la música el único ámbito de indagación de los sentimientos nacionales. Manzi también fue periodista y director de cine, destacándose su adaptación de la novela de Leopoldo Lugones La guerra gaucha.
Pero a la par que plasmaba en el tango la poesía a la clase humilde, Manzi prosiguió su militancia política. Partidario del abstencionismo y la insurrección, en su combate contra el régimen de la década infame, su casa se convirtió en una especie de comité clandestino, que llegó a albergar pólvora para la fabricación de bombas caseras, hasta que accidentalmente estalló en pedazos el baño. Fundador de FORJA, a mediados de los ‘30, junto a Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz, se alejó de la política años más tarde y se mantuvo distante y hasta opositor al peronismo emergente. Sin embargo, hacia 1947, ya miraba con otros ojos al presidente Juan Perón y, a finales de aquel año, en un mensaje radial, lo equiparó a su fallecido líder, Hipólito Yrigoyen, como forjador de la causa nacional. Pero entonces enfermó de cáncer. Falleció tiempo después, a los 43 años, el 3 de mayo de 1951. Para recordarlo, ofrecemos las palabras en prosa poética que publicara el 6 de mayo de 1948 en el periódico Línea, del cual fuera director honorífico, cuando los fuertes dolores ya habían comenzado a atacarlo.

Fuente: Luis C. Alen Lescano, Homero Manzi, poesía y política, Buenos Aires, Nativa, 1974.
Publicado en Agenda de reflexión - http://www.agendadereflexion.com.ar/

1 comentario:

mariarosa dijo...

Lo importante de un poeta como Manzi es que sus versos reflejan vida, en todos ellos encontramos algo que vivimos y que sentimos en carne propia, pero que no sabemos hacerlo poesía como él.

Muy buena semana.

mariarosa