El viejo ciruelo
ya no es el mismo.
Sus hojas,
son un circulo amarillo,
cansancio de otoño
sobre el césped.
A veces el viento
las eleva en un vuelo corto,
el sol las besa y en el reflejo
imitan el sol
y vuelven a caer.
Los años lo vencieron,
y tal vez el verano lo encuentre
sin aquel fruto tierno y rojo,
afrontará el final,
como un antiguo patriarca
que muere de pie.
http://mariarosag.blogspot.com.ar/
2 comentarios:
María tiene la dulzura de las personas que saben de una gota de rocío y el sol junto a ella.
Abrazos
¡¡Gracias Guillermo!!
mariarosa
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