es envidia, no más, y es comprobado
que tal crítica golpea al que hace algo
y lo olvida después si ha fracasado.
Renegado social no nada nuevo,
sin embargo, para mí, no está bien claro,
pues he visto renegados muy sociales
y también muy sociales renegados.
Los hombres son iguales, pero ocurre
que unos hacen la paz y otros la guerra,
las ostras por fuera son iguales,
y no todas las ostras tienen perlas.
Todo tiempo pasado fue mejor.
Aquí puede caber esta pregunta:
¿habrá sido mejor, o del pasado
elegimos no más lo que nos gusta?
Fragmento del libro "La copla nuestra de cada día" de Marcelo Berbel, Siringa Libros, 1980, páginas 86-87.
El neuquino Don Marcelo Berbel fue un poeta, opinador, recopilador, compositor y músico del folclore
de nuestro sur argentino, escritor de sucedidos y las cosas nuestras de la
provincia de Neuquén y de la región patagónica que la amaba con creces.
Manifestaba en un reportaje “pertenezco a un
territorio olvidado. Ahora yo pregunto: ¿Por qué debería no olvidarse la
cultura patagónica si hemos dejado que se llevaran el petróleo, el gas, la
corriente eléctrica, el oro, la plata, la carne? Si hubiéramos defendido todo
eso, también habrían escuchado nuestro canto. Pero preferimos que nos
ordeñen...”
Berbel nació en la
localidad neuquina de Plaza Huincul el 19 de abril de 1925. Hijo de Juan
Berbel, inmigrante español oriundo de Andalucía y de María Teresa Arriagada, natural
del Neuquén.
“Yo vengo del lugar más extenso de América, tal vez el más
despoblado, mi provincia de Neuquén, con sangres indígenas y europeas mezcladas
en las venas; soy criollo orgulloso de su pequeña patria: la Patagonia. Y argentino hasta la médula. Cada vez que me santiguo lo hago en azul y
blanco. Quizás para comprender el sentir
patagónico hay que andar en el viento y aprender a comérselo, pisar la nieve de
las cumbres, asombrarse ante el vuelo majestuoso del cóndor…Les pido perdón
porque me emociono fácilmente, mejor dicho, últimamente vivo emocionado, pero
jamás me avergoncé de mis lágrimas. Los voy a martirizar con una copla mía que
dice:
Que los hombres no deben llorar
cuando el llanto llega, me pregunto
¿No será que hay hombres que no lloran
el porqué de las lágrimas del mundo?”
Extraído de “CADA VEZ QUE ME SANTIGUO, LO HAGO EN AZUL Y
BLANCO” http://www.folkloretradiciones.com.ar/
Su vida transcurrió entre sus coplas y composiciones al compás de la
guitarra como “La pasto verde”, "El piñonero", “Amutuy Soledad”, “Por las bardas”, “El embudo,
“Amanecer Cordillerano”, “Rogativa del loncomeo”, "Desde la Patagonia", “Polca del Rosedal”, “Quimey Neuquén”, “Canto
Fundador”, “Vamos pa´l Sur”, “Río Macho”, "Que quiere que le diga", “El viento y el roble”y “Neuquén
trabun mapu” que es el himno oficial de la provincia de Neuquén, entre otras obras.
Estuvo acompañado en la difusión por sus dos hijos Néstor Armando Berbel ("Guchi"), Hugo Marcelo Berbel ("Chelito") y su hija María Teresa ("Marité").
Don Berbel era profesor de canto y de guitarra. Decía “escribo siempre, todos los días, por lo menos una copla. Lo mismo que hago cada día una planta o si se ofrece planto un árbol”.
Estuvo acompañado en la difusión por sus dos hijos Néstor Armando Berbel ("Guchi"), Hugo Marcelo Berbel ("Chelito") y su hija María Teresa ("Marité").
Don Berbel era profesor de canto y de guitarra. Decía “escribo siempre, todos los días, por lo menos una copla. Lo mismo que hago cada día una planta o si se ofrece planto un árbol”.
Falleció el 9 de abril de 2003 en su provincia natal.
Fragmento de "En este día" de Don Marcelo Berbel.
Hoy no ha de ser un día como todos
aunque parezca igual que tantos días
pues andaré inaugurando mis ideas
y saldré celebrando con la vida...
Desde la Patagonia.
Traigo en mi canto el poco conocido
Cantar arisco del canto de mi gente
De los alud de la fuerza incontenible
Y de los ríos el grito del torrente
De los volcanes altivos de mi tierra
Traigo en mi sangre la lava incandescente
Soy el mensaje distinto que alza el vuelo
Por el paisaje increíble de la nieve
Con la presencia mañanera de la bruma
Y el idioma musical de las vertientes
Y el caudal misterioso de los vientos
que nos diera este acento diferente.
Vengo del oro, la plata y el uranio
Soy de la misma raíz cordillerana
Soy el salvaje rugido de los pumas
Y la pureza silvestre de la aljaba
Soy leyenda guardadora de secretos
Y el secreto vegetal de la araucaria
Vengo a ser como el canto postergado
De mi raza que se alza firmemente
Y que viene del cerro hacia los llanos
Por el cauce natural de las corrientes
Como el agua también vuelvo si quiero
Con mi canto de siempre y para siempre
Yo vengo de aquella geografía
Cuya lumbre es la misma Cruz del Sur
Salpicada de lagos y poesías
Llena de aves, de peces y de sol
Con desierto, con bosques y pedreros
Y repleta de vida, fe y amor
Y vengo a que otra gente nos conozca
Así como nosotros conocemos
El canto del resto de la patria
Sus costumbres, sus ritos y sus sueños
Y por eso enarbolo la guitarra
De este canto argentino y bien sureño.
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