La torre más alta, madre,
es la torre de aquel pueblo;
la torre de aquella iglesia
hunde su cruz en el cielo.
Dime, madre: ¿hay otra torre
más alta en el mundo entero?
Esa torre sólo es alta,
hijo mío, en tu recuerdo.
Tu brazo de siete años
alcanzaba sin esfuerzo
una piedra a sus campanas,
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