Un poema de Armando Tejada Gómez.
Música: César Isella.
Delante hay un camino, por él me voy
con la sombra adelante y atrás el sol;
ando pisando el rastro del infinito,
polvo que pisa el polvo, la tierra soy.
Hombre de todas partes, el hombre soy,
memoria americana de la canción.
Y vaya donde vaya soy tierra que anda
con la raíz afuera del corazón.
Anduve con la sangre todos los siglos,
hay sangre mía en toda la eternidad.
Soy el tiempo que vuelve en cada niño
y, desde la ternura, vuelve a cantar.
Digo que me negaron el pan y el agua,
digo que sé un misterio de luna y sal.
Me conocen los ríos porque en el barro
he sido un alfarero de libertad.
Cuando la vida vuelva, vendrá conmigo
un tumulto de pueblo continental.
Espérame en la fuerza de lo que crece
de la tierra hacia el aire, del aire al pan.
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