martes, 4 de abril de 2017

El arriero de Don Atahualpa Yupanqui.

En las arenas bailan los remolinos,
el sol juega en el brillo del pedregal,
y prendido a la magia de los caminos,
el arriero va, el arriero va.

Es bandera de niebla su poncho al viento,
lo saludan las flautas del pajonal,
y animando la tropa por esos cerros,
el arriero va, el arriero va.

Las penas y las vaquitas
se van par la misma senda.
Las penas son de nosotros,
las vaquitas son ajenas.

Un degüello de soles muestra la tarde,
se han dormido las luces del pedregal,
y animando la tropa, dale que dale,
el arriero va, el arriero va.

Amalaya la noche traiga un recuerdo
que haga menos peso mi soledad.
Como sombra en la sombra por esos cerros,
el arriero va, el arriero va.

Atahualpa Yupanqui (que en quechua quiere decir "el que viene de lejanas tierras para decir algo") es el seudónimo de Héctor Roberto Chavero nacido en en el Campo de la Cruz, en Juan Andrés de la Peña, Partido de Pergamino en el norte de la provincia de Buenos Aires el 22 de enero de 1908 y  falleció en Nimes, Francia, cerca del Mediterráneo, el 23 de mayo de 1992.

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