nos duele hasta los huesos el latifundio.
Ésta es la tierra, padre, que vos pisabas,
todavía mi canto no la rescata.
Y cuándo será el día, pregunto cuándo
que por la tierra estéril vengan sembrando
todos los campesinos desalojados.
¡Hay que dar vuelta el viento como la taba,
el que no cambia todo, no cambia nada!
el que no cambia todo, no cambia nada!
Éste es un triunfo, madre, del nuevo tiempo,
de estar bajo la tierra, rompió el silencio.
Éste es un triunfo, padre, de la alegría
de tu sueño en semillas sube la vida.
Sube la vida arriba, hasta la espiga,
que si la tierra es hembra, la tierra es mía,
adonde nace el alba, yo siembro el día.
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