lunes, 29 de octubre de 2018

El “yo” en la escritura viene de la Grecia Antigua por NÉSTOR TKACZEK.

En un lugar periférico de Grecia, lejos de Atenas, en unas pequeñitas islas de Asia Menor se produjo una revolución cuyos efectos llegan hasta tu puerta. Sí, porque en Jonia unos hombres y una mujer develaron el “yo” en la escritura. En Jonia la revolución no fue exterior, no se hizo conquistando territorios o derrocando al poderoso de turno, fue ni más ni menos que adentrarse en el territorio de la intimidad, en la profundidad de yo para dar cuenta de una experiencia única hecha escritura: la poesía lírica.
Cerca del 600 a. C. nació en una ciudad, Mitilene, de la isla de Lesbos, una mujer llamada Safo, ella es la primera gran voz femenina de la historia literaria occidental. Sus poemas melancólicos y de exquisita sensibilidad no se parecen en nada a todo lo que se escribía y se escribirá en Grecia por muchos siglos. Poesía extremadamente delicada y femenina, de sutiles matices eróticos, de colores brillantes, de mil flores, de quejas nostálgicas, de amores perdidos, de fiestas lunares. Un fragmento de bello poema sobre los celos en el que una muchacha le habla y sonríe a un hombre mientras la voz femenina del poema dice: “...el corazón en el pecho me arrebata;/ apenas te miro y entonces no puedo/ decir ya palabra./ Al punto se me espesa la lengua/ y de pronto un sutil fuego me corre/ bajo la piel, por mis ojos nada veo,/ los oídos me zumban,/ me invade un frío sudor y toda entera/ me estremezco, más que la hierba pálida/ estoy, y apenas distante de la muerte/ me siento, infeliz”. Pero el inacallable talento de Safo sufrió durante siglos la mordaza de los prejuicios sexuales, ya que muchos de sus poemas eróticos, amatorios están dirigidos a mujeres; esto hizo que se conocieran pequeños fragmentos de sus escritos en los que no había indicios de ese amor “antinatural”, como decían ciertos rancios críticos españoles de hace más de un siglo.
Aquí un breve poema que muestra la vigencia y contemporaneidad de Safo: “Ya se ocultó la luna/ y las Pléyades. Promedia/ la noche. Pasa la hora./ Y yo duermo sola”.
Publicado en Diario "Río Negro", 28 de octubre de 2018.

No hay comentarios: