lunes, 30 de diciembre de 2013

A mí no me hablen de penas de Enrique Cadícamo.


Es inútil... no te puedo olvidar...
Es en vano... nada... nada me hace cambiar...
Tu sonrisa me persigue y me ronda,
tus raíces en mi alma como sondas dolorosas más escarban
y se ahondan...
Es terrible este incesante dolor...
es artero, todo, todo tu hondo rencor...
Pero lo que más y más me obsesiona
es saber que hoy otro hombre te apasiona...
es saber que no me amás...
Y a pesar de que te odio:
¡Cada día... cada hora... cada cruel minuto amada!

¡Cada vez te quiero más!...
A mí no me hablen de penas
porque yo penando vivo.
Esto lo digo y me apena
porque tengo mis motivos...
A mí no me hablen de penas
porque yo penando vivo.
En la “Escuela del Querer”
con gran dolor aprendí
el amor de la mujer...
Y en la “Escuela del Querer”
como todo lo aprendí
no tengo más que aprender.


Vivo atado a tu recuerdo... ¡mujer!...
Vivo atado en aquel cariño de ayer.
Siento ganas de buscar otros besos...
Siento ganas de buscar otros amores y en tus ojos traicioneros estoy preso.
En mis noches de tormentos y horror
quiero a veces ir para pedirte perdón...
Pero luego me sereno y lo pienso
y de toda esa limosna me avergüenzo
¡porque yo no sé rogar!...
Y a pesar de que te odio:
¡Cada día... cada hora... cada cruel minuto ¡amada!...

¡Cada vez te quiero más!...

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