domingo, 2 de junio de 2013

Bartolomé Hidalgo, poeta de la Patria Vieja, fundador de la lírica gauchesca en el Río de la Plata.


Allá va cielito y cielo
cielito de mi esperanza,
que vencen los imposibles
el amar y la constancia.

CIELITO DE LA INDEPENDENCIA.
Si de todo lo criado
es el cielo lo mejor,
el "cielo" ha de ser el baile
de los Pueblos de la Unión.

Cielo, cielito y más cielo,
cielito siempre cantad
que la alegría es del cielo,
del cielo es la libertad.

Hoy una Nación
en el mundo se presenta,
pues las Provincias Unidas
proclaman su Independencia.

Cielito, cielo festivo,
cielo de la libertad,
jurando la Independencia
no somos esclavos ya.

Los del Río de la Plata
cantan con aclamación,
su libertad recobrada
a esfuerzos de su valor.

Cielo, cielito, cantemos,
cielo de la amada Patria,
que con sus hijos celebra
su libertad suspirada.

Los constantes argentinos
juran hoy con heroísmo,
eterna guerra al tirano,
guerra eterna al despotismo.

Cielo, cielito, cantemos
se acabarán nuestras penas,
porque ya hemos arrojado
los grillos y las cadenas.

Jurando la Independencia
tenemos obligación,
de ser buenos ciudadanos
y consolidar la Unión.

Cielo, cielito, cantemos,
cielito de la unidad,
unidos seremos libres,
sin unión no hay libertad.



Todo fiel americano
hace a la Patria traición,
si fomenta la discordia
y no propende a la Unión.

Cielo, cielito, cantemos
que en el cielo está la paz,
y el que la busque en discordia
jamás la podrá encontrar.

Oprobio eterno al que tenga
la depravada intención
de que la Patria se vea
esclava de otra nación.

Cielito, cielo festivo,
cielito del entusiasmo,
queremos antes morir
que volver a ser esclavos.

¡Viva la Patria, patriotas!
¡Viva la Patria y la Unión,
viva nuestra independencia,
viva la nueva Nación!

Cielito, cielo dichoso,
cielo del americano,
que el cielo hermoso del Sud
es cielo más estrellado.

El cielito de la Patria
hemos de cantar, paisanos,
porque cantando el cielito
se inflama nuestro entusiasmo.

Cielito, cielo y más cielo,
cielito del corazón,
que el cielo nos da la paz,
y el cielo nos da la Unión.


En el Virreinato de Río de la Plata las primeras poesías gauchescas aparecieron sin el nombre de los autores o bajo seudónimos, en hojas sueltas...
Dice Adolfo Colombres en el Prólogo de "Literatura Popular Bonaerense Volumen III El Canto Payadoresco" (Editorial Catálogos, año 2003) al referirse a Bartolomé Hidalgo.
"Hidalgo fue el poeta de los sin voz. Este "primer poeta criollo del Río de la Plata", como lo llamara Martiniano Leguizamón, inaugura la línea popular de la gauchesca, aunque por su origen, oficios y estilo literario bien se lo puede considerar un hijo legítimo de la tradición payadoresca popular que logra apropiarse de la escritura. Nació en 1788 en Montevideo (se creía antes en Soriano, pero está corroborado que no).
Pertenecía a una familia humilde, y él mismo, para sobrevivir, debió realizar trabajos modestos, como barbero, soldado o empleado público de bajo nivel. Murió en 1822, a los 34 años, olvidado y pobre, en el pueblo de Morón. Hidalgo toma las relaciones y cielitos de fogones criollos y les da una forma literaria que, si bien basta, imperfecta se propagó con fuerza extraordinaria por su carácter militante. Impreso en hojas volanderas y a menudo sin su firma, esos versos circularon sobre todo entre los sectores populares, quienes, sin saber leer, los aprendieron de memoria y cantaban al son de una guitarra. Pero si Hidalgo quedó en la historia de nuestras letras no fue por esto, sinó por sus Diálogos patrióticos, cuyo tercer poema habría de influir en el Fausto de Estanislao del Campo."


Cielito de tres por ocho de Bartolomé Hidalgo

Música del uruguayo Daniel Viglietti sobre Cielitos de Hidalgo o textos que se consideran de esa autoría ya que los Cielitos formaron parte de la difusión oral en los tiempos de las luchas por la Independencia en el Virreinato de Río de la Plata.

Allá va cielo y más cielo,

 cielito de la mañana...

 Después de los ruiseñores,

 bien puede cantar la rana.


 Cielito, cielo que sí,

 el rey es hombre cualquiera,

 y morir para que él viva,

 ¡la puta! es una zoncera.


 Cielito, cielo que sí,

 cielito de la herradura,

 para candil semejante

 mejor es dormir a oscuras.


 Allá va cielo y más cielo,

 libertad, muera el tirano,

 o reconocernos libres

 o adiosito y sable en mano.


 Cielito, cielo que sí,

 unión y ya nos entramos,

 y golpeándonos la boca

 apagando los sacamos.


 Cielo de los mancarrones

 ¡ay! cielo de los potrillos,

 ya brincarán cuando sientan

 las espuelas y el lomillo.


 Cielito, cielo que sí,

 cielito del disimulo,

 de balde tiran la taba

 porque siempre han de echar culo.


 Cielito, cielo que sí,

 cielito de tres por ocho,

 que se empezó a desgranar

 lo mesmo que maíz morocho.


 Si perdiésemos la acción,

 ya sabemos nuestra suerte,

 y pues juramos ser libres,

 o libertad o la muerte.

2 comentarios:

Carlos Basabe (Gallo Viejo) dijo...

Según Alfredo de la Fuente,autor del libro "El Payador en la cultura Nacional", señala que, el primer nombre y apellido que ha quedado asentado en el rastreo del canto payadoril, fué un tal "Simón Mendez" apodado (Guasquita) quien brindó su arte y que había nacido en estas tierras Argentinas. Además de arrimar coplas, ofreció su brazo armado para luchar contra los Ingleses en las invasiones de 1806, y lo volvemos a encontrar en el Ejército del Norte junto a Manuel Belgrano en toda su campaña. San Martín lo cuenta entre los suyos el la epopeya Libertadora y su nombre aparece vinculado a las acciones de Chacabuco y Maipú. Algunos hablan de "Bartolomé Hidalgo" y sus cielitos como precursores del género payadoresco, pero hay que considerar que si bien Hidalgo fué un poeta de gran mérito, los cielitos no tienen relación con el canto improvisado del payador. Si sirven estos apuntes, vayan con un fuerte abrazo de Carlos Basabe

UNIVERSO POESÍA (Rincón de poesía desde el Sur Argentino) dijo...

El payador constituía un acontecimiento con su sola presencia. Era el cronista de época, refería los sucesos políticos, militares y sociales que acontecían en puntos alejados cuando los medios de información eran, prácticamente inexistentes, sobre todo en la campaña. Llegaban a veces con las carretas y a su arribo se constituía la feria en la que su guitarra y canto, animaban y anoticiaban a los presentes de cuanto hecho digno de nota acontecía en los pagos más o menos alejados. Ser payador en esas épocas significaban tener un margen más alto de cultura, ya que cualquiera que sabía musica o canto destacaba en los medios sociales como Manuelita. Así quedan registrados nombres de próceres que se enancaron en esas artes de improvisar como. El General San Martín, Lamadrid, Francisco Ramirez y otros practicaron el canto de "la porfía" o contrapunto llegando a destacarse en un lucimiento social.
Comentario efectuado desde España por Carlos Basabe Cerdá. Gracias por vuestro aporte. Que Dios lo bendiga a Usted y Familia. Universo Poesía.