De ti a mí, mano a mano,
el mate viene y va.
El mate es como un diálogo
con pausas que llenar.
(Darío lo ha llamado
calumet de la paz)
Niño que se ha dormido
cansado de llorar.
Y aún suspira, la lluvia
cae sobre la ciudad.
El brasero sus brasas
aviva fraternal
y como en la charada
llena todo el hogar.
De ti a mí, mano a mano
el mate viene y va.
Nos quedamos callados
mirando sin mirar
un cuadro, un libro abierto,
un reflejo fugaz.
Tenemos una pena
como de soledad;
nos falta un hijo y algo
que no tendremos ya.
El reloj da la hora
de la serenidad
y grano a grano cuenta
arenas en el mar.
La lluvia se diría
que liquida el cristal,
El brasero calienta
el frío del hogar.
el mate viene y va.
un amigo ejemplar,
perdimos un hermano
de exquisita bondad
Se le escapó la vida
antes de comenzar
Presente en el silencio
sabemos bien que está,
pero callamos porque
no podemos hablar.
yo un libro; y ahí están
sin terminar las manos
la estrofa sin final
De ti a mí, mano a mano
el mate viene y va.
de vida conyugal
y nuestro amor reclina
su frente en la amistad.
De los viejos proyectos
casi no hablamos más;
hay algo que nos dice
de un fracaso brutal.
Nos miramos con pena
durmiendo sin soñar;
nos ha engañado el sueño,
ya no soñamos más.
De ti a mí, mano a mano
el mate viene y va;
viene a mí fervoroso,
casi frío a ti va.
ni más calor quizás.
Mi cigarrillo quema
sustancia sideral
y como se ve poco
no nos vemos llorar.
Ezequiel Martínez Estrada, nació en la provincia de Santa Fe
en 1895.
Falleció en Bahía Blanca en 1964.
Fue un escritor, ensayista que recibió dos veces el Premio
Nacional de Literatura. Llegó a ser Presidente de la Sociedad Argentina de
Escritores.
En 1949 se radicó en la Ciudad de Bahía Blanca.
En los albores de los años 50, una enfermedad epidérmica que
bromeó Ezequiel Martínez Estrada al denominarla: "desbarajuste glandular
peronista generalizado".
Dice Wikipedia que "En los años del peronismo, Martínez
Estrada sufrió de neurodermatitis, una enfermedad extremadamente discapacitante
de origen psicosomáticoque lo mantuvo postrado por años en ámbitos
hospitalarios y olvidado por casi todos, a excepción de Victoria Ocampo, según
dejará consignado el mismo escritor. Luego del golpe de estado de 1955 contra
el gobierno de Juan Domingo Perón, y luego de ser sometido a las técnicas
terapéuticas del llamado sueño prolongado, su salud mejoró, comenzando una
serie de escritos que él llamaba sus "catilinarias" , serie de
acerbos escritos dirigidos a la élite argentina, tanto gobierno como
intelectuales, prediciendo que la Argentina atravesaría un siglo signado por el
"Pre-Peronismo, Peronismo y Post-Peronismo."
El gobierno peronista lo había privado de su puesto de
trabajo en La Plata, que recuperó en 1956 luego del golpe de estado, pero al
año siguiente fue nombrado profesor extraordinario en la Universidad Nacional
del Sur, en Bahía Blanca.
En 1957 asumió la presidencia de la Liga Argentina por los
Derechos del Hombre.
De lo que dijeron de
Ezequiel Martínez Estrada:
(un fragmento de la nota de la Revista Ñ del Diario Clarín,
2006)
Jorge Luis Borges dijo de Martínez Estrada que era un
"sagrado energúmeno"; Raúl Anzoátegui lo consideró "una estatua
aficionada a hacer declaraciones"; Ismael Viñas, un "negador a la
marchanta"; Jorge Abelardo Ramos, un "intérprete del pensamiento
imperialista", Juan José Hernández Arregui, una "inteligencia
enteramente colonizada"; Arturo Jauretche le espetará haber
"injuriado con ventilador" y, además, ser un "macaneador";
La Vanguardia, el periódico del Partido Socialista, lo acusará de "amargo,
pesimista y desconcertante"; Cuadernos de Cultura, del Partido Comunista,
lo clasificará entre los "deterministas telúricos, imprecisos y
vaporosos"; y al fin Juan José Sebreli no se privó de lanzarle el anatema
de "jugar un rol reaccionario dentro de nuestra conciencia
histórica".
Se dijo de él que era resentido, irracionalista,
subjetivista, especulativo, caprichoso, psicologista, apocalíptico, anarquista
de derecha, alma bella, individualista, profeta mesiánico y compañero de ruta
de Fidel Castro.
1 comentario:
No sería tan malo si por sus convicciones enfermo. Lo que sucede es que muchos se dan vuelta como panqueque ante la mejor conveniencia. Seguramente Estrada, equivocado o no fue leal a su conciencia.
Hermosa poesía.
mariarosa
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