MANOBLANCA.
¿Dónde vas, carrerito del este,
castigando tu yunta de ruanos
y mostrando en la chata celeste
las dos iniciales pintadas a mano?
Reluciendo la estrella de bronce
claveteada en la suela de cuero,
¿dónde vas, carrerito del Once,
cruzando ligero las calles del sur?
¡Porteñito! ¡Manoblanca!
¡Vamos! ¡Fuerza, que viene barranca!
¡Manoblanca! ¡Porteñito!
Fuerza, ¡vamos! que falta un poquito.
Bueno… Bueno… Ya salimos…
Ahora sigan parejo otra vez,
que esta noche me esperan sus ojos
en la Avenida Centenera y Tabaré.
¿Dónde vas, carrerito porteño,
con tu chata flamante y coqueta,
con los ojos cerrados de sueño
y un gajo de ruda detrás de la oreja?
El orgullo de ser bien querido
se adivina en tu estrella de bronce,
Carrerito del barrio del Once
Que vuelves trotando para el corralón…
Bueno… Bueno… Ya salimos…
Ahora sigan parejo otra vez,
mientras sueño en los ojos aquellos
de la Avenida Centenera y Tabaré.
Letra: Homero Manzi / Música: Antonio de Bassi.
La letra del tango “Manoblanca” fue escrita por Homero
Manzi, quien vivió en Nueva Pompeya cuando era adolescente. En Centenera y
Tabaré se encuentra el Museo Manoblanca.
Manoblanca se llamaba uno de los ruanos que tiraban “la chata celeste
con las dos iniciales pintadas a mano”.
1 comentario:
¡¡Que poetas tiene Buenos Aires!! Siempre están, no ha han ido.
saludos.
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