Era feliz en su matrimonio
aunque su marido era el mismo demonio,
tenía el hombre un poco de mal genio
y ella se quejaba de que nunca fue tierno.
Desde hace ya más de tres años
recibe cartas de un extraño,
cartas llenas de poesía,
que le han devuelto la alegría.
Quién la escribía versos dime quién era.
Quién la mandaba flores por primavera.
Quién cada nueve de noviembre,
como siempre sin tarjeta,
la mandaba un ramito de violetas.
A veces sueña y se imagina
cómo será aquel que tanto la estima:
sería un hombre más bien de pelo cano,
sonrisa abierta y ternura en las manos.
No sabe quién sufre en silencio
quién puede ser su amor secreto.
Y vive así, de día en día,
con la ilusión de ser querida.
Quién la escribía versos dime quién era.
Quién la mandaba flores por primavera.
Quién cada nueve de noviembre,
como siempre sin tarjeta,
la mandaba un ramito de violetas.
Y cada tarde al volver su esposo
cansado del trabajo la mira de reojo.
No dice nada porque lo sabe todo.
Sabe que es feliz así, de cualquier modo.
Porque él es quien la escribe versos,
él, su amante, su amor secreto,
y ella que no sabe nada
mira a su marido y luego calla.
Quién la escribía versos dime quién era.
Quién la mandaba flores por primavera.
Quién cada nueve de noviembre,
como siempre sin tarjeta,
la mandaba un ramito de violetas.
Un ramito de violetas es el título de una canción compuesta
de la cantautora española Cecilia, publicada en 1974. Evangelina Sobredo
Galanes, más conocida como Cecilia
nacida en Madrid en 1948 y fallecida trágicamente.
1 comentario:
Hermoso poema.
mariarosa
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