miércoles, 14 de enero de 2015

Langalay - Carlos de la Púa.

Langalay
Vivió sacándole punta al coraje.
Prepotente y cabrero,

le gustaba clasificar los puntos del reaje,

y a los que no sabían guapear
les ponía cero.

Conocía el santo y seña del cuchiyo,

usaba taco alto

y escupía por el colmiyo.

Del cogote, como un escapulario,

le colgaba un prontuario

de avería.

(Al barrio de Las Ranas
hizo temblar con sus macanas.)

Hoy el progreso lo empujó para Villa Madero.

Una mina con cancha le sacó las virutas de cabrero

y el amor al hijo lo hizo amainar.

Sólo conserva de recuerdo un suncho

grabado en la tarimba de un plenario

con estas ocho letras bravas:

Langalay.

Carlos de la Púa nació el 14 de enero de 1848 fue poeta popular porteño con un lenguaje de la calle y de las canchas de fútbol que utilizaba un humor irónico, con desparpajo y que muestra su inconformismo.

Fidelidad

Ciudad,
te digo la frase guaranga del caló
para hacerte más mía, para hacerte más íntima...
Para que no perciban su porteño sabor
los que llevan la mugre del espíritu gringo.

Fue periodista y cineasta.
Carlos de la Púa, conocido también como Carlos Raúl Muñoz y Pérez, Carlos Muñoz del Solar, o simplemente el Malevo Muñoz. 
Amigo de Carlitos Gardel, de Raúl González Tuñón, Jorge Luis Borges, Aníbal “Pichuco”Troilo, Roberto Arlt, Enrique Cadícamo. 
Fue un orillero que frecuentaba los más bajos fondos del Buenos Aires de entonces.
Como periodista trabajó en  Diario Crítica dirigido por Natalio Félix Botana en el suplemento cultural "Crítica Magazine".
Algunos poetas cultos subestimaban la poesía del “Malevo”.
Una anécdota que lo pinta sus salidas chispeantes. Cuentan que “El Malevo” Muñoz se encontraba muy enfermo. Lo visita su amigo, el escritor Helvio Botana que hijo de Natalio Botana quien  lo visitaba casi todos los días. Por aquellos años Helvio Botana se había convertido al catolicismo y en una de esas periódicas visitas le dijo: -Malevo, no es que quiera asustarte pero en todo caso conviene quedar bien con Dios. ¿Me dejás que te traiga un sacerdote? y el Malevo entendió y trabajosamente le dijo: -Si, total... siempre conviene tirarse un lance.

Fallece el 9 de mayo de 1950.

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