Langalay
Vivió
sacándole punta al coraje.
Prepotente y cabrero,
le gustaba clasificar los puntos del reaje,
y a los que no sabían guapear
les ponía cero.
Conocía
el santo y seña del cuchiyo,
usaba taco alto
y escupía por el colmiyo.
Del
cogote, como un escapulario,
le colgaba un prontuario
de avería.
(Al barrio de Las Ranas
hizo temblar con sus macanas.)
Hoy
el progreso lo empujó para Villa Madero.
Una mina con cancha le sacó las virutas de cabrero
y el amor al hijo lo hizo amainar.
Sólo
conserva de recuerdo un suncho
grabado en la tarimba de un plenario
con estas ocho letras bravas:
Langalay.
Carlos de la Púa nació el 14 de enero de 1848 fue poeta popular porteño con un
lenguaje de la calle y de las canchas de fútbol que utilizaba un humor irónico, con desparpajo
y que muestra su inconformismo.
Fidelidad
Ciudad,
te digo la frase guaranga del caló
para hacerte más mía, para hacerte más íntima...
Para que no perciban su porteño sabor
los que llevan la mugre del espíritu gringo.
Fue periodista y cineasta.
Carlos de la Púa, conocido también
como Carlos Raúl Muñoz y Pérez, Carlos Muñoz del Solar, o simplemente el Malevo
Muñoz.
Amigo de Carlitos Gardel, de Raúl González Tuñón, Jorge Luis Borges,
Aníbal “Pichuco”Troilo, Roberto Arlt, Enrique Cadícamo.
Fue un orillero que frecuentaba
los más bajos fondos del Buenos Aires de entonces.
Como periodista trabajó en Diario Crítica dirigido por Natalio Félix
Botana en el suplemento cultural "Crítica Magazine".
Algunos poetas cultos subestimaban la poesía del “Malevo”.
Una anécdota que lo pinta sus salidas chispeantes. Cuentan
que “El Malevo” Muñoz se encontraba muy enfermo. Lo visita su amigo, el
escritor Helvio Botana que hijo de Natalio Botana quien lo visitaba casi todos los días. Por aquellos
años Helvio Botana se había convertido al catolicismo y en una de esas
periódicas visitas le dijo: -Malevo, no es que quiera asustarte pero en todo
caso conviene quedar bien con Dios. ¿Me dejás que te traiga un sacerdote? y el
Malevo entendió y trabajosamente le dijo: -Si, total... siempre conviene
tirarse un lance.
Fallece el 9 de mayo de 1950.
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