lunes, 23 de mayo de 2016

El día se ha ido de Ángel González.

Ahora andará por otras tierras,  

llevando lejos luces y esperanzas,  
aventando bandadas de pájaros remotos,  
y rumores, y voces, y campanas,  
-ruidoso perro que menea la cola  
y ladra ante las puertas entornadas.


(Entretanto, la noche, como un gato  
sigiloso, entró por la ventana,  
vio unos restos de luz pálida y fría, y 
se bebió la última taza.)


Sí;  
definitivamente el día se ha ido.  
Mucho no se llevó (no trajo nada);  
sólo un poco de tiempo entre los dientes,  
un menguado rebaño de luces fatigadas.  
Tampoco lo lloréis.  Puntual e inquieto,  
sin duda alguna, volverá mañana.  
Ahuyentará a ese gato negro.  
Ladrará hasta sacarme de la cama.

Pero no será igual. Será otro día.
Será otro perro de la misma raza.

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