Palabra muerta, palabra perdida.
Mi memoria conserva apenas solo
el eco vacilante de su alta melodía:
lamento de metal, rumor de alambre,
voz de junco, también
latido, vena.
Recuerdo claramente su erre temblorosa,
su estremecida erre suspendida
sobre un abismo de silencio y ámbar,
desprendiéndose casi
de la música oscura que por detrás la asía,
defendiéndose apenas
del cálido misterio que la alzaba en el aire
creando un solo cuerpo de luz y de belleza.
Luminosa y precisa,
yo la sentía en mi ser profundamente,
sabía su sentido,
descifraba sin llanto su mensaje,
porque acaso ella fuese
-o sin acaso: cierto-
la única palabra irrefrenable
que mi sangre entendía y pronunciaba:
una palabra para estar seguro,
talismán infalible
significando aquello que nombraba.
Como un perfume que lo explica todo,
como una luz inesperada,
su presencia de viento y melodía
hería los sentidos, golpeaba
el corazón,
estremecía la carne
con el presentimiento verdadero
de la honda realidad que descubría.
Pronunciarla despacio equivalía
a ver, a amar, a acariciar un cuerpo,
a oler el mar, a oír la primavera,
a morder una fruta de piel dulce.
Todo ocurría así, hasta que un día
la dije bien, y no entendí su cántico.
La grité clara, la repetí dura,
y esperé ávidamente,
y percibí, lejano,
un eco inexplicable, infiel
reflejo
que en vez de iluminar, oscurecía,
que en vez de revelar, cubrió de tierra
la imprecisa nostalgia de su antiguo mensaje.
Cuando un nombre no nombra, y se vacía,
desvanece también, destruye, mata
la realidad que intenta su designio.
Ángel González fue un poeta, catedrático y ensayista español
nacido en Oviedo en 1922 pertenecía a una familia de clase media venida a menos
a causa de la guerra civil española.
Es en plena guerra civil que su hermano Manuel es asesinado
cuando Oviedo se encontraba en poder de los franquistas.
Fue maestro nacional, licenciado en Derecho por la
Universidad de Oviedo y periodista por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid.
Fue galardonadocon el Premio Antonio Machado en 1962, el Premio Príncipe de Asturias en 1985, el
Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996 y el Primer Premio
Internacional de Poesía Ciudad de Granada en el año 2004.
En sus últimos años enseñó Literatura Española Contemporánea
en la Universidad de Alburquerque y profesor visitante de las de Nuevo México,
Utah, Maryland y Texas.
Falleció en Madrid el 12 de enero de 2008.
1 comentario:
Un belleza, desconocía al autor y al poema.
mariarosa
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