Palliere, Juan León (1823-1887) Idilio criollo, c. 1861 Óleo sobre tela, 100 x 140 cm Colección Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.
¡Óigale a la moza! ¿Yorás porque el gaucho
se fue pa’los pagos de ande no se güelve,
y has quedado solita como oveja guacha
que no tiene un perro que por ella vele?
No siento tu pena, que ha de ser fingida,
siento las del gaucho que se jué pa’siempre,
si se le hizo cierto que vos lo querías
y que en tus pupilas iba él sólo a verse.
Porque si jué ansina, cuando hasta su fosa
de tus risas locas los ecos le lleguen,
sentirá que el yelo de tu olvido infame
más frío es que el yelo de la mesma muerte.
Y sepa por boca de alguna luz mala
que ya andás buscando que alguien te consuele,
pa’ tenerlo’e Cristo como a él lo has tenido,
haciendo lo que hacen tuitas las mujeres...
Y al verse dentro’el hoyo, maniao y sin daga,
sin poder yamarte y anhelando al pepe,
la luz de unos ojos pa’sus ojos ciegos
y el calor de un seno pa’su helada frente.
Sentirá la rabia, desatada y loca,
del bagual arisco sujeto al palenque,
cuando las cacharpas le aprietan el lomo
y ni la manea, ni el bozal se ruempen.
¡Óigale a la moza!, ¿Yoras porque el gaucho
se fue pa’los pagos de ande no se güelve,
y has quedado solita, como oveja guacha,
que no tiene un perro que por ella vele?
No tengo, a tu pena, ni un poquito’e lástima,
siento las del pobre que se fue pa’siempre.
Porque sé lo triste que es hallarse solo
cuando se ha querido, como el gaucho quiere.
Letra de José Alonso Trelles
Musica de Américo Chiriff
Palliere, Juan León (1823-1887) Idilio criollo, c. 1861 Óleo sobre tela, 100 x 140 cm Colección Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires. |
Musica de Américo Chiriff
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